sábado, 21 de enero de 2017
Epílogo
No me queda nada,
nada que no sea mi cuerpo,
nada más por destruir.
Jóhann Jóhannsson, By the Roes and By the Hinds of the Field, Orphée (2016)
miércoles, 18 de enero de 2017
GERTRUD KOLMAR
EL URAL
Cuando agarro la oscuridad, los peñascos hieren
mi mano.
Ahí está la cordillera que, con sus picos y hendiduras,
se yergue y encabrita como la creta de un dragón.
Ahí está el Ural.
Cadena de norte a sur, linea divisoria entre este y oeste,
muro entre dos tierras.
Tengo que apagar la lámpara para que aparezca, para que se
arrastre ante mí, gigantesco reptil, en mitad de la noche.
Porque así surgen sus masas de piedra, y sus bosques proceden
de mi alma.Y el aliento de mi boca se mece humeantes sobre la nieve
del Yamán-Tau, mi cima eterna.
Medito.
Torpes osos peludos trotan gruñendo fuera de sus cuevas,
los hocicos de los lobos husmean en el pantano,
martas cibelinas de pelaje marrón se arrastran sin hacer ruido.
Yo misma creé el rostro velludo, terrorífico del mochuelo
de ojos amarillos
y las aguas saltarinas de la fuente para el gran pez gris plateado
y la negra floresta para el crepitar de las alas de pesados urogallos,
la garra dorada de mi águila real...
Pero la raíz del gran abeto de melenas sombrías se hunde
en las profundidades, comprimiendo ciega, sin ojos,
cámaras inagotables, tesoros apilados, amontonados,
que aquí son verdes: la serpentina de piel de culebra, víbora bajo
las piedras, y la malaquita, como follaje petrificado,
y la crisoprasa, más clara, que no puede ver el sol, porque ávido
le absorbe el brillo de manzana, la decolora.
El mineral precioso centellea; esparcidos, los granos de rubí
atraen los picos de aves subterráneas con cabeza de martillo.
Las almendrillas maduran, rellenas de ágatas multicolores;
la calcedonia se hincha como una uva;
y el mármol marrón rociado de conchas naranjas
resplandece...
Todo esto es hermoso.
Pero tengo también otras cosas, repugnantes, adversas:
cráteres en sombra, en los que se agazapa un monstruo,
un medio ser, que se me escapó antes de que yo hiciera
palpitar su corazón.
Mudo, ahogado, avanza hacia mí y, aunque me estremezco,
no bajo la mirada.
Aguarda la redención...
Algún día, tal vez, algún día
bajo un cielo opaco, frío, sin estrellas,
cuando el viento de la noche silbe en voz baja
como una monstruosa rata gris,
los tocones de los árboles, pedazos de dientes podridos,
se agazapen en la boca de la tierra,
los copos, espectrales, extiendan sus mortajas
sobre la turbera extinguida...
Entonces me dirigiré hacia allí
y, con las manos en el pecho tembloroso, me inclinaré
sobre el abismo.
De Mundos, 1937. (Traducción de Berta Vias Mahou)
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A la sombra de otra voz
lunes, 16 de enero de 2017
El último final
No sabía que hoy era el día más triste del año. Tal vez eso explique por qué el punto y final se ha anudado en mi pecho sin dejarme respirar, solo llorar, llorar y llorar que ya no pueden existir más letras ni más vidas más allá de este momento. Que éste es el definitivo y último final.
domingo, 15 de enero de 2017
Despedida en el frío
Las cuencas de los ojos de la pequeña ciega arden de tanto llanto en combustión. Se abraza a este árbol helado, a las páginas que no sirven para nada. Tiene tanto frío, la inclemencia del cuerpo que se abandona. Se abraza al árbol, al cerezo helado, al cobijo frío. Se abraza desesperada a lo único que es capaz de alcanzar. Las cuencas de los ojos arden. Y se hace el milagro: el árbol empieza también a arder.
En el incendio todo desaparecerá.
(Gracias por diez años de palabras sin rostro y de cariño furtivo.)
He soñado con la ciudad en la que fui deseo
Creía que solo me querían por mis ojos. Por eso un día, para poner a prueba mi sospecha, me los arranqué y los arrojé al viento (cayeron rodando a la zanja, por el sonido de su música sé que no fueron muy lejos). Ciega, no he podido agudizar el tacto. Aunque sentí como ya sin ellos, aquellos reclamantes del deseo se fueron marchando. Alguno tardó un poco más de lo esperado, lo hizo a tientas. Ya no queda nadie, soy capaz de oler el abandono.
(Y qué estúpida idea mutilarme por una nada que ya existía)
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Duermevela
El dolor también es un canto
El dolor también es un canto. Un gloria en las alturas celestiales que se hacen añicos para llovernos encima sus ruinas.
A veces imagino a dios como una araña imperceptible tejiendo una gran niebla. Sólo los ojos condenados son obligados a ver a través de ella la oscuridad de la nieve, el lodo del agua más pura, la piel espantada con el solo roce de una hebra al atravesar el follaje donde los otros están cegados, enredados en la viscosidad complaciente de la sutilidad de sus hilos.
Una baba cayendo lentamente de una boca enmudecida que solamente es capaz de entonar un canto:
Gloria en la inmensidad de tu terrorífica altura.
A. Vivaldi, Laudate pueri (Psalm 112) RV 601: VII. Gloria. Magda Kalmár (soprano)
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desconexiones,
Temblar en la música
viernes, 13 de enero de 2017
ROSE AUSLÄNDER
MÁS
Del capullo de fuego enrollado
sol una luz sin escorias
Antiguo secreto
graba en tu piel
obstinada escritura
La aguja
se entierra en tu tejido
Grietas tiene el sol de pronto
tú no sabes
cuándo ensarta la llama
obsceno un vientre en la mandorla
Sombra tu paso
asombrado llevas tú la carga
de alas incrustadas
De la costilla del cielo pelado
Sol eterna Eva
con manzanas rojas juego de pelota
absorbe tu aliento
su aroma
De la trama arterial brota una pluma
la luz del mar hunde
más sombra
más
De Aún queda mucho por decir.
(Trad. de Nuria Manzur Bernabéu)
MEHR
Aus dem Feuerkokon gerollt
Sonne ein Licht ohne Schlacken
Uraltes Geheimnis
ritzt zähe Schrift
in deine Haut
Der Zeiger
wühlt sich in dein Gewebe
Sprünge hat plötzlich die Sonne
du weißt nicht
wann schlägt die Flamme ein
obszön ein Lieb in der Mandorla
Schatten dein Schritt
verwundert trägst du die Bürde
verkrusteter Flügel
Aus Himmelsrippen geschält
Sonne ewige Eva
Ballspiel mit roten Äpfeln
dein Atem fängt auf
ihr Aroma
Im Aderwerk springt eine Feder
das Lichtmeer versinkt
mehr Schatten
mehr
Es bleibt noch viel zu sagen, 1978.
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A la sombra de otra voz
jueves, 12 de enero de 2017
“Pallaksch, Pallaksch”
He aceptado la derrota.
El destierro de Marina,
el silencio de Celan,
las piedras de Virginia,
el bosque de Chantal,
el encierro de Emily,
el dolor de Holan,
la noche de Alejandra.
He aceptado la derrota,
esquirlas, balbuceos
de voz quebrada leyendo
en cada letra mi fracaso,
la total imposibilidad
junto al áspero tronco
de este árbol
que no da sombra ni luz,
que ya no puede crecer más.
(Se acerca el final)
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Temblar en la música,
Verso - voz
miércoles, 11 de enero de 2017
Borrador del frío
Ha deambulado por los espacios
del frío
desnudareclamando la piel del otro.
Ha lamido la herida abierta
para saber si podía sangrar.
Errática y raquítica,
huesos deshilachados,
ha olvidado para qué servían
sus pies, sus manos,
y por qué una mañana de lluvia
le dieron un nombre
y su abrigo.
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Verso - voz
martes, 10 de enero de 2017
Crónica apresurada de una bolsa en la cabeza o ensayo en el lago.
A los cuatro gatitos muertos no-natos y al vientre con el que comparto dolor.
Nacemos envueltos en muerte. La vida no es mucho más que el movimiento de abrir y cerrar ojos cegados, y de coger aire y expulsarlo creyendo innegablemente en el aire. Flotar en un mar incierto. Yo, ahora, escribo sabiendo que no existo. Solamente tuve auténtico aliento durante mis tres primeros años de existencia. Un día después desperté ahogada con una palabra atravesada como una espina en la tráquea. "¿Mamá, qué es la muerte?" No dijo nada, tan solo señaló sus párpados desfigurados por las lágrimas. Aprendí que cada llanto es una nueva muerte. Hoy ya ni siquiera lloro por estar habituada a que eso que los demás llaman vida no nos haya concedido más que unos días de tregua. De nuevo el duelo, la pérdida, el amor que se escurre entre los dedos sin vasija que lo contenga, sin condescendencia hacia los seres que se creen dignos de paz, seres, al fin y al cabo, buenos.
Miro las vías del tren asomada en el pretil del puente. Todo es humo, suciedad, extrañeza, desorientación, soledad invisible.
¿Qué tengo? ¿Para qué valgo? ¿Por qué aquello que toco con la prudente ilusión de una amante primeriza se descompone antes de formular su nombre?
Pero no me tiro porque el sitio es feo. La estética del suicida.
Tras la violencia, Leila Amat. |
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La sombra vibra - la muerte vibra,
veo-imagino
sábado, 7 de enero de 2017
Poética (sin descanso ni paz)
Me he muerto de poesía
que no servía para nadie.
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desconexiones,
Verso - voz
CHANTAL MAILLARD
Nadie puede seguir el curso de dos ríos
bajo las mismas nubes o las mismas estrellas.
Permanecí donde confluyen y quise retenerlos,
mas siguieron su curso
bajo otros cielos, otras nubes.
De Poemas a mi muerte (1989)
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A la sombra de otra voz
viernes, 6 de enero de 2017
¿Nos salvará la música?
Alguien tiene una nada que decir. Pero se calla.
Esta noche prefiere dormir.
J.S. Bach - Variaciones Goldberg, BWV 988 (Zhu Xiao-Mei, piano)
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Temblar en la música
jueves, 5 de enero de 2017
Marinas
IV
En la sal, en la verticalidad de la última luz.
Convertir las olas en pira sacrificial porque la culpa
es un veneno sin antídoto.
Dejar que los peces me besen la lengua rota.
Ponerme un collar de algas, soga marina.
Embellecer en el naufragio.
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Verso - voz
domingo, 1 de enero de 2017
MARINA TSVETÁIEVA
UNA CITA
A la cita contigo llegaré
aunque tarde. Recogeré
la primavera, llegaré con el pelo gris.
La has fijado muy arriba.
Iré infinitamente... Ofelia siempre recuerda
el gusto de la artemisa.
Atravesaré montes, y plazas,
atravesaré almas, y manos.
Vivir muy despacio la Tierra. Lluvias
de sangre. Cada gota, una cala.
Pero siempre la cara de Ofelia
en la amarga hierba, como un arroyo.
Aquélla que, por un sorbo de pasión,
tragó arcilla. Toda clase de flores.
Muy alto yo te amé:
me enterré en el cielo.
18 de junio de 1923
(Trad. de Monika Zgustova y Olvido García Valdés)
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A la sombra de otra voz
sábado, 31 de diciembre de 2016
Las vencidas
Todo día es un ensayo de tinieblas, de imponer un olvido tras otro olvido mientras se atraviesa, de puntillas, un campo minado.
Cada día es un recordatorio de imposibilidad para los vencidos.
Día a día, un rostro se dibuja con pigmentos de sangre mostrando el revelado de la escena de aquello que, sin embargo, nunca ha de olvidarse: la sombra diminuta de un cuerpo mutilado que perdió batalla de vida contra su madre. El silencio helado de esta zanja.
H. Górecki, Sinfonía n.3, Op. 36
lunes, 26 de diciembre de 2016
Marinas
Costa de la luz
El horizonte partido.
Un pez plateado
cortado por la mitad.
Su sangre iluminada
llenándome los ojos,
cayendo gota a gota
en el cuenco metálico
de mi sacrificio.
II
La luz derramándose
en las aguas oscuras
del último invierno.
III
Cerrar los ojos y oler las olas:
ondulación vibrante de la música
de mi muerte.
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La sombra vibra - la muerte vibra,
Verso - voz
sábado, 24 de diciembre de 2016
Sanar
Silenciar tu música.
Silenciarte.
Borrar así tu huella.
Limpiar la herida.
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Temblar en la música,
Verso - voz
martes, 20 de diciembre de 2016
(Contra) natura
El animal que devora a sus crías al nacer.
Qué importa ya el mundo y su moral contaminada.
Qué importa los motivos para ser o no naturaleza en su inercia.
El mayor acto de amor no fue darles vida, sino abolirla para que nunca conociesen el acecho diario de la muerte.
Qué importa ya el mundo y su moral contaminada.
Qué importa los motivos para ser o no naturaleza en su inercia.
El mayor acto de amor no fue darles vida, sino abolirla para que nunca conociesen el acecho diario de la muerte.
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desconexiones,
La sombra vibra - la muerte vibra
lunes, 19 de diciembre de 2016
Deleite en la pesadilla
Hay un secreto que solo se revela en el sueño. Ni tú misma lo admites, lo conoces.
Odias el amor, el compromiso, el vientre fecundo, el fruto que nace y te enfrenta con la candidez de su rostro a tu derrota: no es tuyo, no has podido tenerlo. No sabrías tenerlo, tampoco conservarlo.
***
Has envejecido y huelo desde muy lejos el alcohol de tu muerte. El estómago se ha cerrado. Solamente mastica almendras amargas (el paladar también es exceso del pasado). Vas cercando tus tierras y almacenando madera mojada que crees que servirá de pira. Vas cerrando el paso. Ahora, justo ahora que adivino (soy la Tiresias de un luminoso inframundo) tu rostro y el cuerpo que me vetas, ahora araño las rocas - hasta desollarme de dolor - de ese acantilado del que no me permites salvarte.
Vienes a susurrarme que casi estuviste cerca, pero igualmente te alejas. Te dejas caer.
La imposibilidad de mi mano* no te sirve.
* (Cortázar, Otros cinco poemas para Cris.)
Vienes a susurrarme que casi estuviste cerca, pero igualmente te alejas. Te dejas caer.
La imposibilidad de mi mano* no te sirve.
* (Cortázar, Otros cinco poemas para Cris.)
***
Yo no sé qué es el deseo. Tal vez volver los ojos hacia dentro y mirar fijamente el agua de un río oscuro donde me sumerjo desnuda repitiendo una invocación impronunciable en la vigilia.
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Duermevela,
La sombra vibra - la muerte vibra
sábado, 17 de diciembre de 2016
GERTRUD KOLMAR
SIN FRUTO
Las mujeres del oeste no llevan velo.
Las mujeres del este se lo quitan.
Quisiera esconder mi rostro bajo un velo oscuro;
pues ya no es agradable a la vista, ya no es hermoso, está grisáceo,
agrietado, como las piedras de un fuego exangüe, frío.
Mis cabellos, espolvoreados de ceniza.
Así quiero esperar sola en el crepúsculo en el banco estrecho,
de alto respaldo,
así quiero quedarme sentada, mientras la noche vacilante
se hunde a mi alrededor ,
un velo negro.
Me envuelvo en él, cubro mi rostro.
Pero mis ojos están fijos...
Veo. Siento:
por la puerta cerrada entra sin hacer ruido
un niño.
El único que me estaba destinado y al que no he dado a luz.
Al que no he dado a luz por culpa de mi pecado. Dios es justo.
Y yo guardo silencio y no me quejo, llevo y escondo su cabeza,
y así puedo buscarla
alguna noche.
Un varón.
Sólo ése: tierno, mudo, implorante, con suaves, sombríos rizos,
bajo la frente morena los ojos verde grisáceo de mares
desconocidos de aquel al que amé,
al que todavía amo.
No me teme, no retrocede tembloroso ante las caricias
de los labios, de las manos ajadas.
Se acerca, su terciopelo azul roza mi brazo, y sus dedos
pequeños, juguetones, me agarran el alma,
la afligen.
A veces me trae su canica, la oscura, con vetas doradas,
la llamada ojo de tigre,
o también una flor, un pálido narciso,
o una caracola, rojiza, con verrugas. La alza con delicadeza
hasta mi oído, y yo escucho el murmullo.
Una vez
en mitad de la noche, una noche de invierno,
me desperté y miré a través de las sombras:
el que me amaba descansaba sobre mi lecho y dormía.
Su respiración era el murmullo de una caracola en medio del
silencio.
Escuché con atención.
Dormitaba profundamente, protegido de ese modo por mi amor,
entre sueños que desplegaron sobre él las alas púrpuras, como
el jugo de la granada llena de semillas
que habíamos compartido.
Paz.
Yo era feliz y me levanté y me senté, orando con fervor,
e incliné de nuevo el rostro y lo apoyé en mis manos y balbucí
un agradecimiento tras otro.
De mi sangre
brotó una rosa...
Ésa fue la noche del origen,
que quiso la bendición, noche de la súplica no susurrada, pero yo
no te engendré.
Mira a tu madre llorando...
También tú morirás.
Mañana cogeré una pala y, bajo los arbustos de bayas de nieve,
te enterraré.
De Mundos, 1937. (Traducción de Berta Vias Mahou)
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A la sombra de otra voz
viernes, 16 de diciembre de 2016
Mientras duró el olvido
Viniste sin avisar. No te había reclamado. Habían pasado tantos años y, sin embargo, algunas noches de insomnio recordaba todavía el sabor del vino blanco, las tímidas palabras, los ojos extraños, las caricias oscuras. Me hiciste olvidar y fui animal agitado, violentado, rendido. Mi pequeña dentellada inofensiva, tu aullido enajenado, un rayo fulminante, el cielo hecho pedazos, pájaros heridos abandonándonos, casi muertos, el sudor como llanto de tu sien. Llegaste y me hiciste olvidar y confundir delicia con dolor. Luego el perdón mudo en el último abrazo. Y otra vez, la pérdida hecha costumbre, la lejanía de un tren.
lunes, 12 de diciembre de 2016
Sal de aquí
Vas a venir hasta esta cama enferma. Vas a venir a visitarme en mi desastre. Me pregunto. No, huirás cuando me huelas, cuando te espanten mis huesos y mi voz débil, entrecortada, sin nada interesante que decir. Sin nada.
Necesito destruir tanto como aferrarme a algo: un cuerpo, una viga en las alturas, una falsa promesa. Lo que sea. Es la pasión, mi pasión de criatura nocturna que se sabe amarga, maldita.
No vas a soportarme. Así que corre, márchate. Ahora.
No vas a soportarme. Así que corre, márchate. Ahora.
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La sombra vibra - la muerte vibra
domingo, 11 de diciembre de 2016
Czarne włosy*
Debido a F.
Encender la noche, la única noche,
injertándome en bulbos de luz.
* Black hair en polaco.
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Temblar en la música
sábado, 10 de diciembre de 2016
Éxtasis de la pérdida
Sola.
Todos se han marchado.
Les eché y se han marchado.
Era inalcanzable,
había que tocar fondo, abajo, muy abajo,
había que tocar fondo, abajo, muy abajo,
escarbar la tierra con el ruego,
masticar las piedras con las manos.
Abajo, demasiado abajo.
Pedirle paciencia al fuego,
exigirle fidelidad al barro.
La espera duró un solo viento.
No, no les eché, no aguantaron.
Sola.
Ojos vacíos fijados en la pérdida.
Tanto dolor abrasa, casi un gozo.
Sola.
Todos se han marchado
Todos se han marchado
Todos.
En silencio.
En silencio.
Todo es silencio.
Lirio.
Agua.
Cieno.
Musgo brotando entre los dedos.
Ramas clavándose en mi pecho.
Insectos devorándome la boca.
Sola.
Ramas clavándose en mi pecho.
Insectos devorándome la boca.
Sola.
Tajo vertical.
Flujo anfibio.
Sacudida, gemido.
Flujo anfibio.
Sacudida, gemido.
Silencio.
Sola.
Sola.
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desconexiones,
Verso - voz
sábado, 3 de diciembre de 2016
Levedad
Parc de C. B.
Me piden que mire al cielo, a la copa de los árboles, que me deje eclipsar por la luz. Que vea el día. Obedezco. Madrugo. Casi sucede el milagro.
El pajarito rechoncho que se acerca audaz y escapa, el cromatismo dorado que ciega a mis ojos hechos de sombra, el crepitar de las ramas en la ausencia de ruidos. Casi el milagro...
Una hoja allí arriba se tambalea. Me piden un verso de vida. Mi lengua lenta y perezosa trata de balbucear, de recomponer los sonidos. Pero enmudezco. Porque qué le importa a esa hoja - al mundo - si yo la contemplo y lo digo, si me ciego y me silencio, si la veo o no caer.
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La sombra vibra-la vida vibra
martes, 29 de noviembre de 2016
Letraherida - "Che si può fare"
Las letras me hirieron con crudeza. Leerlas, trazarlas, habitarlas. Dárselas a él, a los otros, recogerlas del suelo, curarlas-me de su invisibilidad. Hay ojos que solo deberían saber del cielo y de las aguas: hacia dónde emigran los pájaros, con qué viento llegará la tormenta, en qué momento el retroceso de las olas acabará en un embate violento.
Recuerdo nítidamente el primer momento en que puso el lápiz entre mis manos y el dedo con el que iba señalando mi voz infantil.
Llorar hacia dentro, salinizar en columna dorsal, ensayar la caída, romper el tímido borrador del fracaso, tomar la mirada del loco que incendia los bosques y arrojar los libros al fuego.
¿Qué puedo hacer?
Cerrar los ojos.
Callar.
domingo, 27 de noviembre de 2016
GLORIA FUERTES
LA VIDA ES UNA HORA
La vida es una hora,
apenas te da tiempo a amarlo todo,
a verlo todo.
La vida sabe a musgo,
sabe a poco la vida si no tienes
más manos en las manos que te dieron.
Al final escogemos un lugar peligroso,
un pretil, una vía,
la punta de un puñal donde pasar la noche.
De Todo asusta (1958).
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A la sombra de otra voz
jueves, 24 de noviembre de 2016
Cuando ni siquiera la música
Ni la noche ni el día podrán distinguirse.
El pozo seco será una extensión de la boca que no necesita beber, de la voz que ya no necesita el auxilio.
El pozo seco será una extensión de la boca que no necesita beber, de la voz que ya no necesita el auxilio.
Cuando ni siquiera quede la música el ser se doblará en su sueño de haber creído nacer para moverse en la ilusión de las esferas.
Nacer - desnacer. En medio nadie nada. Solamente la música. Hasta que acabe.
Antônio Meneses & Maria João Pires - Bach: Pastorale BWV 590 (arr. Roemaet-Rosanoff)
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desconexiones,
Temblar en la música
BLANCA VARELA (V)
Noche afuera
ascender de la noche
hacia la oscuridad más plena
hasta encontrar agua que no se bebe
ni corre bajo el pie
agua que no se oye
ni se ve
o esperar en la boca del pozo
que se cierra
la cuerda que es carne de mi lengua
que te dice y te cuelga
El falso teclado, 2000.
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A la sombra de otra voz
¿Amor propio?
A mi pesar, existí. Floté en las aguas turbias del líquido amniótico. Bebí leche tóxica del pecho de mi madre. Luego llegó la ausencia y la herida aún incurable.
Para poder sanar, primero, me piden amor propio. Yo pocas veces he sabido lo que era ser amada. Mucho menos por mí misma. Sigo pautas terapéuticas y trato de abrazarme. Me pincho con mis púas, me espanto de mi cuerpo envejeciendo sin piedad, me horrorizo frente al espejo de mi llanto. Violencia verbal, violencia física, contra mí, contra cualquiera íntimo o ajeno. Convencimiento absoluto de que estoy adoptando el movimiento de los que toman impulso en el salto, de los que encogen su estómago y se tragan el vómito tras la náusea, de los que se rompen tajantemente la garganta. Amor propio, me piden...
Para poder sanar, primero, me piden amor propio. Yo pocas veces he sabido lo que era ser amada. Mucho menos por mí misma. Sigo pautas terapéuticas y trato de abrazarme. Me pincho con mis púas, me espanto de mi cuerpo envejeciendo sin piedad, me horrorizo frente al espejo de mi llanto. Violencia verbal, violencia física, contra mí, contra cualquiera íntimo o ajeno. Convencimiento absoluto de que estoy adoptando el movimiento de los que toman impulso en el salto, de los que encogen su estómago y se tragan el vómito tras la náusea, de los que se rompen tajantemente la garganta. Amor propio, me piden...
¿Cómo se consigue eso?
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La sombra vibra - la muerte vibra
martes, 22 de noviembre de 2016
Nunca será mañana
Nunca me has oído leer.
Nunca me has oído decir.
Nunca supiste qué amalgama
de delicias y dolor
compusieron la voz
que se frenó una y otra vez
frente a la muralla de mis labios.
Nunca me contemplaste
llorar mientras reía,
mover el universo con los ojos,
vestirlo de belleza
y destruirlo con gritos
callados.
Nunca sabrás si fui la que imaginaste:
una aproximación ilusoria o verdadera
de tu borrador equivocado.
Nunca sabrás cómo fue escrita
cada palabra
Dónde.
Cómo la postura de mi cuerpo.
Qué música sonaba en mi cabeza.
Nunca me verás porque no puedo ser vista.
Soy ese fantasma que creyeron que nació
y al que falsamente dotaron de vida.
Nunca me verás porque aquí
decidiste y decidí
que acabaría todo.
ps. Nunca escribí. Escritura automática. Fui canal de alguien, médium. Tal vez de mí misma. Ya no tengo nada más que decir (o sí, tomando a Alejandra, hacer el amor contigo dentro de un poema sin que ni yo me diese cuenta de ello. Pero no, no tengo nada que decir). No vendrá nadie después a leer mis labios muertos, descompuestos, olvidados. Nunca será mañana. El hilo se ha roto. Fin. Fin. Fin.
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desconexiones,
La sombra vibra - la muerte vibra
lunes, 21 de noviembre de 2016
Treintaitrés
Pesan tan poco las piedras,
tanto los pétalos de las flores.
Quédate el amor que como a nadie
le fue dado,
tan grande para un ser formado
en la ausencia
en el hambre
en la sed.
Ya ha empezado a llover.
Ya han empezado a llorar.
El sueño es un hondo y largo río.
"Dearest,
I feel certain I am going mad again. I feel we can’t go through another of those terrible times. And I shan’t recover this time. [...] You have given me the greatest possible happiness. You have been in every way all that anyone could be. I don’t think two people could have been happier till this terrible disease came. I can’t fight any longer. I know that I am spoiling your life, that without me you could work. And you will I know. You see I can’t even write this properly. I can’t read. What I want to say is I owe all the happiness of my life to you. You have been entirely patient with me and incredibly good. I want to say that – everybody knows it. If anybody could have saved me it would have been you. Everything has gone from me but the certainty of your goodness. I can’t go on spoiling your life any longer.
I don’t think two people could have been happier than we have been."
domingo, 20 de noviembre de 2016
Previsiones
Mañana será lunes 21 y lloverá.
A diferencia de aquella mañana de lunes lluvioso
del 21 de noviembre de 1983,
del 21 de noviembre de 1983,
alguien muy pequeño y empapado en flujos y sangre
estará desatendido,
sin el coro que le envuelva en aliento, dicha y vida.
La placenta será un teléfono roto, apagado.
El cordón, la soga de un larguísimo sueño.
A diferencia de aquella mañana de lunes lluvioso,
El cordón, la soga de un larguísimo sueño.
A diferencia de aquella mañana de lunes lluvioso,
no nacerá,
sino todo lo contrario.
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La sombra vibra - la muerte vibra
Un día cualquiera
Mañana para ti solamente será mañana.
Lo que ocurrirá aquí, aquí abajo, más abajo
de ahí desde donde crees que estoy hablando,
ya ha dejado de importar.
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desconexiones,
La sombra vibra - la muerte vibra
Antesala o último día antes de
He perdido el trazo
En la parálisis de la palabra
No querer
No saber
No poder
Decir
La ira
El odio
El desamor
De contra mí
Desahuciada
Me reduzco a la violencia del puño,
al alarido.
martes, 15 de noviembre de 2016
Soleil levant
Hoy el pasillo ha sido otro. También el cuadro. No me cegó el polen de los lirios de muerte, sino que me eclipsaron las aguas oscuras bajo un sol enrojecido. Un círculo de fuego en el que quedé encerrada cuando una nueva médico comenzó a acariciarme entre cálidas palabras, pidiéndome dulcemente cama antes de las 12 y tres comidas al día. Y las aguas me mecían mientras la báscula dictaba: "Estás delgadita, no bajes más de peso". Mi plan perfectamente urdido en la náusea y el abandono: reducirme a nada. Sin embargo el sol nace y cae, nunca muere. Se cierra como párpados felizmente cansados de un día cualquiera en la inercia animada.
* * *
Entonces la luna ojo de perro alucinado y lago de bilis del deseo reprimido. El cuenco de agua y avena que no alcanzo a beber, lengua de gata cansada. Entonces la luna que no fue ni el domingo ni ayer, sino hoy. Entonces el ojo cortado por la navaja de la imposibilidad. Entonces la luna, aura de sangre sobre la nieve. Pero mi llanto contenido en el tren. Mi llanto contenido al decirle amablemente a la chica de la caja que me cobró "dues vegades" los tomates en rama. Mi llanto contenido subiendo la Rambla cargada de compra. Entonces la luna. La música remando adentro. Entonces el cascanueces en su pas de deux. La bailarina que ya no puedo ser, mi cuerpo fosilizado en la sal. Entonces el puente de las vías y la luna inmensa recorriéndome la espalda. Colgada de mi cuello, ad-hiriéndome en su abrazo penetrante. Y el llanto se derrama. Y un sol encendido, ese sol hipnótico y candente explosionando como estrella inmensa en el núcleo de mi útero vacío, sedado, dormido. El deseo incorrupto "como el corazón del ámbar" y el "amor más viejo que el ámbar de Livonia" (como cantaba Marina). La última luna, mi última luna. El último abrazo. El último sol.
Solamente quedarán mañana las aguas turbias de ese cuadro de Monet donde un día habré de ahogarme al recordarlo.
Solamente quedarán mañana las aguas turbias de ese cuadro de Monet donde un día habré de ahogarme al recordarlo.
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