sábado, 26 de mayo de 2007

60 mg (x 24)


Desgarro el papel usado, empapado, único cuerpo entre mis manos. Pero inerte. ¿Ésta es mi vida? no la quiero, no más pozos, no más sombras, no más canales cortados, no más llanto sin alivio. Insoportable gravedad de ser quien se consume, la niebla que se expande, el círculo que empequeñece. No es ésta la vida que yo quería, no la quiero, no, no la quiero. Tanta soledad en el desgarro. El cuerpo de un pájaro que tiembla, mi voluntad de matar, quebrar la espina, erguir el duelo, clavarme en las consciencias. Y mañana otro día opaco, pero esta noche se desborda por un dolor que no controlo. Agua, todo es agua estancada, fétida voluntad de permanecer, ¿dónde la salida? ¿dónde el abrazo que reclamo? Huir o sólo marchar, sin la carga del cobarde, del rendido, del marcado con el fuego del desastre, terminar con todo, renacer en otro tipo de miseria, pero que nadie me falte, que yo no me falte. 


Todas las pastillas en un golpe de esperanza, se lavó los dientes y se fue a dormir.




5 comentarios:

Vanlat dijo...

que tú no te faltes, que el resto tampoco nos faltemos y, si puede ser, que tú tampoco nos faltes

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

no puedo, ya no puedo

Anónimo dijo...

De nuevo la herida heredada:
"Dame la mano, Cecilia, y olvida la serpiente"
Relee el poema de Santos Dómínguez que en su día te remití(creo que fue profesor tuyo.

ESTELA ÁTICA
¿Lo recuerdas, Eurídice?
¿Recuerdas tu vigilia de sangre por la aurora?

Yo había parado el tiempo con la tristeza dulce
de mi lira sin sueño.
(...)


***
Un consejo atrevido, pero sincero:
Ven a Cáceres y pasea por sus fuentes de Cánovas sin peces, traspasa los arcos del Cristo y de la Estrella, recorre las calles de laGloria,Tiendas,Zapatería,Amargura,Pintores...visita Fuente Concejo, la ribera, el puentecillo hortera y azulón de la Estación; baja a inspirarte al aljibe, date un garbeo por la judería, la calle del moral y el barrio de San Antonio;recorre miles de veces los adarves, contempla los amaneceres o atardeceres dede San Marquino, la Montaña o el Paseo Alto...
Date una vuelta y tómate una copichuela en la Calle Pizarro, el Corral de las cigüeñas o la Madrila.
Vuelve a ver a tus amigos y a todos los que te siguen queriendo. Ama a tu ciudad y sus rincones...
Preferible que en esta seamana no vengas, porque la ciudad está en ferias: miles de horteras, casetas y elecciones.
Desde esta vetusta ciudad te envío un abrazo muy fuerte. Se que lo necesitas en estos momentos. Abrazo virtual, pero interprétalo también como físico, aunque sólo conozca-virtualmente- tus ojos y tu blog.
Un montón de besos de este admirador anónimo que con tanta frecuencia te inoportuna. Perdón.

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

Todos los días quisiera volver (¿por qué me vine aquí?para ir descartando posibilidad de errores), pero tampoco quisiera permanecer. Cada vez menos personas me quedan. Menos me esperan. Y menos me quieren (atendiendo a un desesperanzador silogismo.

Pero estoy tan perdida, que ¿debería volver al origen para emprender otra ruta?
Siento como si un plano de luz se fuera obstruyendo y empezara a engullirme. Por eso acabar con todo y recomenzar. Ser valiente o paciente, con las cigüeñas cagándose sobre mis propósitos. Sí, como la dama de Oz aducía, nada como el hogar, o lo que quede de techumbre.

Gracias, mi buen amigo, por traerme las frases acertadas cuando más necesito un gesto de revelación.

Gracias, señorita, por acudir tan pronto a la señal de socorro.

Besos, mil besos

Vanlat dijo...

Tuve un maestro que me dijo que sólo los supervivientes se hacen daño. Sólo ellos saben lo que es estar al límite una y otra vez, tomar un camino y aparecer al borde de un precipio con un solo pie en la tierra. Ese momento puede parecer eterno,pero nunca lo es, si sigues pasará y formará parte de un recuerdo; si te quedas acabarás cayendo. Morir y todo cesará: la ilusión, los sueños por cumplir, las frases por escribir, las copas por beber, el amor por encontrar.
Nos dieron la oportunidad de la vida una vez. No suele haber una segunda.
Un aprendiz me dijo que debería colocar todo encima de la mesa y destruirlo, mandarlo a tomar por saco. Lo he hecho una y otra vez y lo seguiré haciendo. La respuesta y la fuerza están siempre en ti y no me importa que ahora no lo veas, porque sé que lo has visto antes, lo he leído en tus textos.
Cocò, Cecilia o Bohemika, son nombres de lo mismo... lo sabes, queda aceptarlo.