lunes, 3 de marzo de 2008

La inhabilidad de la carne o el abismo


Pobre desgraciada, intoxicada en cuerpo y alma, una pastillita al levantarte
y otra al acostarte, ya estás mejor, verás, nada de llorar.
pobre desgraciada a la que no le dejan llorar.

¿Dónde están ellos cuando das vueltas sobre ti misma?
Ahora que al fin estás sola, ¿dónde están ellos?

Por un tiempo creyó que su vida estaba en otra parte, asida de la mano
en tierras muy lejanas.

Sólo un pozo negro, sólo un pozo, siempre el pozo, en la puerta
de tu casa, en tu pequeño terreno de tierra salvaje, de cementerio clandestino,
tu pozo vacío y hondo (des)creciendo a semejanza tuya.
bebe si quieres, no hay nada más para ti.




1 comentario:

Fernando dijo...

Quieren hacerte creer que no hay nada detrás de las ventanas, que si te hacercas al pozo solo refleja una mala imagen tuya. No te tragues ni las pastillas ni las bendiciones, salta por encima de los pozos y de los consejos, ellos, yo te reconoceré y no seré el único.
Un abrazo desde entonces