domingo, 25 de octubre de 2009

En el terror (II)


Yo no conocía la suciedad. Yo era pulcra e inocente, yo sólo había sufrido por lo que nace dentro, por lo que me fue negado. Yo no conocía el miedo mugriento hasta que el ogro se abalanzó sobre mi espalda, sobre mi nuca, hasta que me tapó la boca y entonces la fragilidad oscura, el desamparo más atroz, el temblor que aún me lamina. El terror que ningún tranquilizante mata.



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