domingo, 25 de octubre de 2009

En el terror

(23/10/09, 05:37.)

Necesito escribirlo porque la ansiedad me está explotando dentro, me ahogo, me ahogo y no puedo gritar (gritar, debería haber gritado más, más y quizá alguien me hubiera oído y socorrido entonces tal vez... pero no, nunca, nunca, nunca me salvaron cuando más me hacía falta). Necesito escribirlo, porque es tarde y a estas horas no tengo a quien llorarle este terror que jamás querría haber conocido*.

* (A efectos legales, del código penal y del de sus putas madres, según me dijeron en comisaría, no se produjo más que un robo con violencia. Sí, me robaron el teléfono de forma violenta para que no avisase en ese momento a la policía. A efectos vivenciales, fue una agresión terrible, un intento de violación que no se puede demostrar porque no me rajaron la boca, sólo me la taparon con una indecencia que no se olvida, que desgarra, indemostrable porque tampoco me dijo nada, aunque no sea necesario pronunciar palabra para decir, para insultar, para atacar. Pero no, la (in)justicia es así, la angustia mortal y el terror no pueden personarse como acusación particular).


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me muero de tristeza de saber que te pasó algo así. Espero que nada, ni el terror, pueda con la niña valiente que todos, por leerla, queremos.
No tengo palabras para reconfortarte, sólo te envío, indignada y triste, saludos cariñosos con la esperanza de que te sientas acompañada en este momento tan duro.