domingo, 25 de octubre de 2009

Mientras tanto


Pruebas fehacientes
le exigen a mi sufrimiento.
Maldito mundo empírico
que necesita ver la muerte
para creer en ella.



2 comentarios:

Alpe d´huez dijo...

No se me ocurre como hacerte llegar el abrazo más grande del mundo...

quizás si lo pienso con las ganas más grandes del mundo?

un beso.

Anónimo dijo...

Desde este otro lado del mar la muerte tiene dulce olor... aroma a flor naranja, flor de muertos... los campos forman paisajes de múltiples colores vivos para despertar a nuestros muertos, quiero decir, a nuestros recuerdos.

El no olvido querida Cez. Te mando un abrazo desde´México.

Att. Bela.