sábado, 22 de mayo de 2010

"Hicimos pan tan blanco para bocas muertas"



Cómo me desquicia oírles decir, en ejercicio de vulgar consuelo, lo especial y maravillosa que soy, como la flor única ésa del Principio (y yo odio El principito), que no sé si la llegó a encontrar, como tampoco conozco sus finales, porque mientras enuncian fascinaciones se van alejando de mí, buscando siempre a otras
más artificialmente bonitas, más sencillas, que exijan menos cuidados,
otras que no sean como yo, en suma.

3 comentarios:

J dijo...

Vulga-erízate...

miette dijo...

Sainte-Naïve que le vamos hacer si la gente anda ciega por ahí. Tù, con tu poesía haces el mundo más bello. Esas de las que hablas solo son envoltorio. Sé que no consuela, pero quién quiere ser como todo el mundo? Qué rollo!

juan dijo...

Lo cierto es que eres única