(Haces el idiota con las palabras, inválidas, deberías amputarte los dedos)
Hoy tampoco iré a yoga.
(decisión aparentemente intrascendente,
se trata, sin embargo, de otro pequeño paso concatenado
hacia la deriva)
Dejaré que mi cuerpo se siga agarrotando,
y mi cólera silenciosa y mi insatisfacción vital
y mi intención de sanar, de vivir.
4 comentarios:
No dejes que se te agarrote nada, sobre todo las ganas de vivir y divertirte.
Interesante blog, buenos textos.
Un saludo
"Si yo te tocara, cual dedo de Dios en la Sixtina ¿qué en ti cambiaría?"
Decaer puede alzarte al vuelo de nuevo, lo mejor es recuperar esa intención de sanar... pues aun cuando sentimos que todo termina, es muy probable que no sea más que la carrerilla e impulso de un nuevo comienzo...
se "abarrota" el corazón,
cuando no es pulsión
y sí tanteo.
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