Volver. Buscar alrededor y saber entonces que ya no queda nadie,
que tantos desaparecieron y los pocos que están ni siquiera recuerdan tu nombre.
(El teléfono pasa a ser otro chisme inservible,
el abrazo de un amigo un recuerdo lejanísimo.)
Es la soledad del exiliado que retorna, que ya no pertenece a ningún sitio.
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