miércoles, 28 de marzo de 2012

El vuelo de un murciélago



Papá se asoma a mi habitación, se apoya en el marco de la puerta y me pregunta con el rostro lleno de ensoñaciones si recuerdo aquella vez en la que un murciélago entró por la ventana y yo lo confundí, alegremente, con un pajarito. 
"Qué pequeña eras, ¿te acuerdas?". Yo le riño dulcemente por retroceder tantísimos años a estas horas de la noche y por dejarse además influir por mediocres películas de vampiros.

La verdad es que le reprendo porque tengo miedo, mucho miedo, porque la angustia me asalta con cada uno de sus recuerdos, cada vez más frecuentes, cada vez más lejanos, cada vez más de despedida. 




domingo, 4 de marzo de 2012

JULIA UCEDA


LA EXTRAÑA


                                                          La fatiga e'sedersi senza farse notare.

                                             Cesare Pavese: "Il vino triste". 


Me levanté sin que se dieran cuenta
y salí sin hacerme notar.
Había estado todo el día 
entre ellos, intentando
hacerme oír,
procurando decirles 
lo que me habían encargado.
Pero el recado que me dieron
no era preciso. El humo,
la música, el ruido de las risas
y de los besos -estallaban 
como las rosas en el aire-,
eran más fuertes que mi voz. Cansada
de mi trabajo inútil,
me levanté
abrí la puerta
y salí del hermoso lugar.
Desde la calle
miré por la ventana: nadie había
advertido mi ausencia.
Caminé. Volví el rostro:
ninguno me seguía. 


(De Sin mucha esperanza, 1966)