miércoles, 31 de agosto de 2016

Elábuga, 31 de agosto de 1941



Marina Tsvetáieva





Marina. Un crujido atraviesa los decenios. 

Tu cuerpo murió, no tu canto. 

 La poesía es inmortal. 

La imposibilidad del amor absoluto, también.



domingo, 28 de agosto de 2016

Medo


Cada día es una pregunta


¿Quién morirá antes:

el día o yo?



jueves, 4 de agosto de 2016

MARIA VICTORIA ATENCIA

                               
                         FINAL

                                                                                        I have a cat in mind.
                                                                  T.S. Eliot

Es cierto que abandonó una noche su lugar de acomodo
a mis pies de la cama, cuando yo estaba hecha a su calor
y sin duda ella al mío después de casi veinte años
-¿dura tanto una vida?- de convivencia, amor y entendimiento.
Sin duda quiso ahorrarme el horror del final. Y se fue.
                                                                          [ Sencillamente
se fue, felinamente, sin que yo alcance a adivinar adónde.
               
                                                                          Málaga 17/11/01

miércoles, 3 de agosto de 2016

Duelo


Siempre he vivido anticipándome al dolor. Por eso, cuando llegó, ya lo esperaba. Por eso, cuando ha llegado, ya lo conocía.


lunes, 1 de agosto de 2016

Agosto en Elábuga



Hace calor, mucho calor. Sin embargo, he decidido que voy a dejar de desnudarme. He destruido todo vínculo con el imposible. también con la honestidad de las letras. Me conformaré con lo tangible, lo prosaico, lo aséptico. La invisibilidad sin pechos ni heridas abiertas. Callar lo que a nadie importa.




***


No volveré a escribir. No sirve de nada. No me sirve de nada. Ya lo hacen otras por mí. ¿Sabes, Marina, creo que tú también arderías de cólera en este siglo? Se ha perdido la música en la poesía. 


***

 Quizás no sea ya joven. Quizás lo que escribo no sea poesía. Porque otras sí lo son, las publicadas, las que aparecen en las antologías, las que escriben "coño", "polla", "te follo" sin emoción, sin atravesarte con la palabra, sin ser música. Quizás sea eso, que ya no soy joven, que no escribo poesía. Que no entiendo de modas.

***

Marina, los labios de Boris, esa carnosa imposibilidad. Estamos en agosto, últimos 31 días. Oh, los labios de Boris. Le dieron un Nobel años después (no lo pudo recoger, pero se lo dieron) y él a ti nada más que una soga para tu maleta de exilio. Caricia de esparto. Salvación.

No, no, no caricia de esparto. Abrazo salvaje, feroz, asfixiante. Tu cuello en el recuerdo de sus manos. Se rompió, un pájaro torpe en el vuelo, como toda esperanza, como toda posibilidad.


***

Cepillo suave para encías sangrantes. Mi cuerpo se ha hartado de mi violencia, no puede más.

***

Mi cuerpo no quiere morirse y me ha vuelto más hermosa y deseable que nunca. No envejece, Marina. Sigue voluptuoso y juvenil, no asoma una cana. Mi cuerpo se resiste, aunque las encías sangren de tanta rabia en cepillarme, de tanto apretar los dientes. Mi cuerpo me habla en la belleza, aunque ya esté decida, aunque dentro ya esté muerta.



***

Marina, esta noche no habrá nadie, me he despedido de ellos, uno a uno. No habrá nada, no habrá sueño. Tampoco música.