Suommelina (Finlandia)
"Ahí está el charco", dijo Rhoda, "y no puedo cruzarlo. Oigo el rugir de la gran muela, a una pulgada de la cabeza. Su viento ruge en mi rostro. Todas las formas de vida palpables me han defraudado. Si no alargo la mano y toco algo duro, el viento me llevará a lo largo de los eternos corredores para siempre jamás. ¿Y qué puedo tocar -qué ladrillo, qué piedra- para así cruzar el enorme vacío y penetrar en la seguridad de mi cuerpo?"
(Virginia Woolf, Las olas)
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