jueves, 3 de diciembre de 2009

La historia de temor de la niña lechuza


(Aquí iba a ir adjunta la imagen de un precioso atardecer en una reserva ornitológica de Extremadura. Pero los pájaros echaron a volar y la foto con ellos).



Veo un barco irse a la deriva
en un mar en calma.

El pelo enmarañado,
los pechos desnudos,
yo voy expuesta en la proa
como un mascarón roto
a fuerza de embates.

Veo al barco irse a la deriva.

Siento el agua encharcando
mis pulmones,
las algas enroscándose
en mi cuello,
la espuma devorándome
la boca.

Veo al barco irse a la deriva
mientras él me abraza
y me susurra:
"Mira, Cecilia, mira a lo lejos,
es todo tan hermoso".


2 comentarios:

Alpe d´huez dijo...

...y tiene razón. La hermosura siempre va dos pasos por delante (en mi caso, dos pasos atrás). Hazle caso y mira, seguro que no queda tan lejos.

Me hizo gracia lo de los pajaros secuestra-fotos. Tuve una novia bióloga que estuvo un tiempo trabajando en una reserva ornitológica de Extremadura, no sé si sería la misma. El caso es que con dicha novia los pájaros fueron más benévolos y si que se trajo alguna foto, preciosa por cierto.

un beso.

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

¿En Monfragüe quizá?