(Haces el idiota con las palabras, inválidas, deberías amputarte los dedos)
Hoy tampoco iré a yoga.
(decisión aparentemente intrascendente,
se trata, sin embargo, de otro pequeño paso concatenado
hacia la deriva)
Dejaré que mi cuerpo se siga agarrotando,
y mi cólera silenciosa y mi insatisfacción vital
y mi intención de sanar, de vivir.