Sophie Saller |
Congelar la voz acuosa.
Desmembrar la quietud
de un silencio encadenado,
amordazado
por la palabra vana vaga vara
que no acierta a herir con saña,
que no vale ya para nada
porque no sabe ser dicha
ni dolor.
Sophie Saller |
Late, late, late, pequeñísimo corazón de un pájaro al borde de su rama precipicio.
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