Le dijo la pequeña Eurídice mordida por las olas:
"No vengas a buscarme, mamá, no regreses, no cantes.
Ni siquiera la música puede calmar a tus fieras.
Viviré eternamente en tu vientre, dentro de ti. En tu infierno."
Ni siquiera la música puede calmar a tus fieras.
Viviré eternamente en tu vientre, dentro de ti. En tu infierno."
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