Quien dudó, quien dijo que no era sincera en mi verbo hecho tragedia
(hipócrita y rencorosa, láminas de una puerta batiente que a nadie golpea)
es, sin duda, porque nunca llegó a conocer el acto: esta honda cicatriz
en mi muñeca izquierda.
Late, late, late, pequeñísimo corazón de un pájaro al borde de su rama precipicio.
2 comentarios:
Sin duda:
"Herida heredada", heredado dolor
y sincero alegato para justificar tu legítima defensa frente a navegantes confundidos que se atreven a invadir tu poética y brillante parcela de amor/dolor/amargura y que nunca conocieron "ese acto" pero si contemplaron tus bellos ojos verdes.
Afortunadamente ya se consumió el mes de las lilas
Saludos
Se consumió, sí, y sin ningún percance sentimental relevante.
Gracias, una vez más, por embellecer el texto con sus comentarios.
(más besos)
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