sábado, 29 de mayo de 2010

Y la noche pasó, sin más



Cóncavo y abisal,
acogedor y absorbente,
loza grisácea desconchada
y herida,
mi sexocorazón
como una escupidera
para la saliva de tu ansia.


(La noche pasó, sin más,

tú te secaste y entonces silencio.
Pero yo, aún empapada,
sollozo.)


3 comentarios:

miette dijo...

Qué sensaciópn de ausencia. Duele.
besote

Alpe d´huez dijo...

no...debería perderte el ratro.

un placer leerte otra vez!

abrazo gigante!

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

Duele, Miette, duele más cuando se le desviste de eufemismos.

Alpe... vuelve siempre, aunque te vayas mucho tiempo, vuelve.

Un abrazo.