jueves, 21 de noviembre de 2013

Lejos de aquí


Árboles, árboles inmensos, árboles dorados,
árboles, árboles , más árboles.
La belleza convulsa es esto:
nadie habla, sólo el agua.
Me adentro en los bosques interiores,
me detengo a contemplarme en la luz debilitada,
hermosa expiración, toda pureza,
toda verdad.

No tengo miedo
no me importa ya qué fue de mí
en estos veintenueveaños de vida,
hoy celebro contigo, amor, que hemos subido
juntos al atardecer
por el valle del otoño mágico,
del ahora.

Y quiero tumbarme contigo al frío de esta eternidad
y aceptar, complacida, que nos sorprenda
el momento,
que nos devoren los lobos.




No hay comentarios: