viernes, 26 de octubre de 2007

Amapola de maíz


No eras simplemente la muchacha con sombrero rojo. Me equivoqué al anunciarte.
Tu nombre me es dado como una revelación, Coquelicot de maïs, sólo asi podrías defender el rojo de tu boca. Iré a buscarte, te traeré hasta mi cama. Todo el lienzo amarillo será tuyo. Dormirás encima de mí, porque no quiero emborronarte (si llorara sobre ti te extinguirías).Juntas, en los días más fríos, custodiando uniones imposibles, nuestros retratos indescifrables.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustaría ser une petite sauterelle y recorrer eternamente los pétalos de esa coquelicot de maïs.

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

verde tallo