viernes, 24 de octubre de 2008

Diez años después





El lugar y la noche exacta, aunque no el momento. Sucedió poco después, la sala más vacía y oscura. Me acerqué a él tambaleándome, agarrándome muy fuerte a la botella de cerveza, sin atender más a timideces, dispuesta a comprobar si la magia surtía el efecto deseado en la situación indicada. Le pregunté al oído:


¿Conoces aquel poema de Sabines?

"Debí haberte conocido diez años antes, o diez años después, pero llegaste a tiempo."

Me miró maravillado, no sé si por el asombro de que conociera a ese poeta o si bien por la declaración que exhibían las palabras. No lo llegué a saber. Me quedé suspendida en sus ojos y a los tres segundos me disculpé. Salí corriendo en busca del baño, una arcada anunciaba mi desastre. Vomité mientras lloraba y la valentía se iba por el desagüe. No volvió.




1 comentario:

AnadelasTejasrojas dijo...

No al árbol, no a la nube, no a la estrella....
NO A LA VALENTíA...
¡¡¡cuándo no se sabe si nuestros soldados podrán rebasar la primera linea del enemigo!!!....
(que normalmente somos nosotros mismos).

De todas formas seguramente quedó alucinado con tus palabras...

Un abrazo...(y que recuperes tu valentía perdida...prueva con la misma marca de cerveza)