Cuanto más trato de ordenarme
mayor es el desastre.
Me pierdo en el regazo que no existe.
Qué despiadada conciencia de soledad,
colocada en los huecos que reservaba
a los que ya no viven.
Rescátame del verano,
no dejes que me ahogue
en mi atlántico imposible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario