jueves, 11 de junio de 2009

Alborozo con sabor a cereza


A veces el deber reporta también felicidad. Es lo que hoy me ha ocurrido con mi trabajo sobre las Metamorfosis de Ovidio. A mis profesores les han gustado tanto algunos de los poemas que elaboré para este trabajo que me han propuesto leerlos en un congreso sobre cultura clásica que tendrá lugar en Noviembre. No podía creerlo. Por supuesto, he aceptado, porque por fin he aprendido que he de aceptar.

Del mismo modo que comparto mis angustias y dolores, ahora necesito hacer extensible mi enorme dicha y mi agradecimiento a todos los que a menudo me cuidáis con vuestras sabias y hermosas palabras. Gracias a Flor, a Jorge, a Eva, a David, a mis queridos y misteriosos anónimos y a aquellos que os habéis injertado en mis ramas.

Un abrazo muy muy fuerte.

Cecilia.

2 comentarios:

plasta anónimo dijo...

!Felicidades!
Un beso virtual con perfume de cerezas.
¿Podrías insertar en tu blog alguno de esos poemas?

Luzamarga dijo...

Acepta, sí. Acepta cuánto vales y lo indispensable que eres para que la vida vibre con sus mejores ondas.

Tu dicha es la mía, Cecilia.

Besos rojos y dulces (unidos de a dos por un rabillo verde, aptos para colgártelos).

Te quiero, preciosa.