sábado, 28 de noviembre de 2009

Prologando mangueras rojísimas y azulísimas


"Un prólogo es un estado de ánimo. Escribir un prólogo es como afilar la hoz, como afinar la guitarra, como hablarle a un niño, como escupir por la ventana. Uno no sabe cómo ni cuándo las ganas se apoderan de uno, las ganas de escribir un prólogo, las ganas de estos leves sub noctem susurri."

Søren Kierkegaard, Prólogos





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