lunes, 22 de enero de 2007

Cambio la sombra de un cerezo por el calor de una nueva estufa


Hace tanto frío ahí fuera, que hoy no me apetece ejercer de vagabunda.

En cambio reclamo mi derecho a un hogar impregnado de todo lo que me conforma, una estructura de mí misma que resguarde mis pequeños tesoros. Pero como ningún emplazamiento cumple mis expectativas, como no se atienden mis reclamos, sigo construyendo con varitas virtuales cuevas del caos y el abandono más inofensivo. Vuelvo a labrar con mi rastrillo de nena que descrece, un plantío donde se hielen los cerezos, donde se congele la belleza a mi atmosférico antojo.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y tienes que continuar escribiendo!Siempre!

Anónimo dijo...

Muaa cel bonic!