jueves, 8 de marzo de 2007

Umbilical




Tu vientre era suficiente.


Ahora sé que no buscaba
otro lugar en el mundo.
Flotar, beber y alimentarme
de tu amor amniótico.
No ser más que un inquieto buzo
en las aguas de tu expectación.

(Hermosamente deforme, sin nombre
ni delito, más inocente que nunca,
ajena a todo lo que hace daño)

Allí, a solas tú y yo, arrullada para siempre
por tus olas de vida.




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