viernes, 28 de marzo de 2008

CÉSAR MORO (II)


EL FUEGO Y LA POESÍA

IV


El agua lenta el camino lento los accidentes lentos

una caída suspendida en el aire el viento lento

el paso lento del tiempo lento

la noche no termina y el amor se hace lento

las piernas se cruzan y se anudan lentas para echar raíces

la cabeza cae los brazos se levantan

el cielo de la cama la sombra cae lenta

tu cuerpo moreno como una catarata cae lento

en el abismo

giramos lentamente por el aire caliente del cuarto

caldeado

las mariposas nocturnas parecen grandes carneros

ahora sería fácil destrozarnos lentamente

arrancarnos los miembros beber la sangre lentamente

tu cabeza gira tus piernas me envuelven

tus axilas brillan en la noche con todos sus pelos

tus piernas desnudas

en el ángulo preciso

el olor de tus piernas

la lentitud de percepción

el alcohol que brota de tus ojos y que más tarde

hará crecer tu sombra

mesándome el cabello lentamente subo

hasta tus labios de bestia


(La tortuga ecuestre)


2 comentarios:

Carz dijo...

Lenta es la vida.

No le des tiempo a la muerte
a que te alcance.

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

Tan lenta está siendo que me desespera. esperar era sólo un simulacro.