martes, 30 de septiembre de 2008

JOSÉ ÁNGEL VALENTE (IV)


TODO parecía ahora
llevarte a la extinción.
Abandonado
de la sola palabra que tal vez aún podría
levantarte hacia ti.
No estás.
No está
tu sola palabra.

Se espesa en torno el reino de lo gris.

Un ave cae
del centro mismo de su vuelo.
El agua
del manantial, impura, ciega
los pozos de la sed.
En esta noche
no busques luz ni abrigo,
no busques lealtad
ni amor.
Estás sentado
enfrente de ti mismo y ni siquiera
puedes mirarte con piedad.

(Ni siquiera)


(De Fragmentos de un libro futuro)



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