Pierre Bonard, Nu dans le bain, 1936.
Actriz mediocre y esporádica, los días me arrollan sin piedad, el desfile lo llevo perdido, los pasillos paralelos se llenan de contemporáneos que empiezan a hacer ruido, a enamorar, a afilar cuchillos, envidias, pasiones. Mis muñecas me miran entristecidas, tanto tiempo y nada, tan poco amor, cada vez menos amor, cada vez menos alguien. Aquella escena no fue verdad, pero ojalá la vida hubiese acabado entre olas de jabón, sumergida en el suspiro de la satisfacción, lo he hecho bien, he estado brillante, qué bellos mis pechos en el plano detalle de la mentira.
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