lunes, 5 de enero de 2009

A la mañana siguiente



y después de la agitación el poso turbio, granulado, nauseabundo. El cuerpo se cansa de simular el amor y mis palabras ya no saben cómo seguir engañando. Tan encantadora, qué risueña eres... , pero si me abres en canal manarán residuos a borbotones, descenderán por el vientre, salpicará desde los pechos, recalaran en el ombligo,se verterá hasta los hombros que con tanta devoción besas, en el rostro ladeado, en los ojos entornados, en el silencio insoportable.

Hay algo que se me escapa, un sabor no conocido que me arde en el estómago y a pesar de todos los propósitos que me haga, no puedo mencionarlo.


2 comentarios:

Josema del Nora dijo...

Cecilia bella. Por dentro y por fuera. Mi Maga...

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

el corazón del pájaro tiembla.

gracias, josema