A J.
El poema en el que esperas encontrarte
está anidando en la copa de los árboles,
está bebiendo nuestras aguas subterráneas,
está agitando las piedras, las armas primitivas,
mientras busca el viento y la chispa,
el fuego y la pira
en la que arderé en un sacrificio consentido,
hermosa calcinada arrepentida,
esparcida junto a ti en lo que te ha escrito.