jueves, 4 de febrero de 2010

Y las manos tan vacías...


Todo lo que podía darles
lo dejé escrito.
No mereció la pena,
no supieron valorarlo.
(Qué más da un poema
o atarme desnuda
a la proa de un barco a la deriva,
no sería suficiente,
mirarían hacia otro lado)

No sé por qué ahora esto,
quizá porque me golpearon en el centro de mi idiotez
y aunque enmudecida,
necesito mover los labios.




1 comentario:

J dijo...

Jo...
mis lágrimas envidian tus mejillas... no pueden comprender que esto sólo sea mover los labios... ??