El océano que nos envuelve y nos alimenta, el gran Apollinaire en sus caligramas. De las lágrimas nunca nos deshacemos, que grandeza poética nos mueve por dentro.
Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Aunque no se trata de un espacio literario ni considero que mis textos tengan ningún valor fuera del ámbito emocional, declaro que todos los escritos de mi autoría que aquí figuran están amparados por los derechos de propiedad intelectual y se hallan registrados con el siguiente número de asiento registral: 14/2012/102
5 comentarios:
Me gusta el blog. Dejo una piedra grande para sentarme de vez en cuando.
Un saludo!
El océano que nos envuelve y nos alimenta, el gran Apollinaire en sus caligramas.
De las lágrimas nunca nos deshacemos, que grandeza poética nos mueve por dentro.
Besos
Llorar a lágrima viva
de Oliverio, claro
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Un beso.
"Llorarlo todo, llorarlo bien"
Gracias por sentaros y disculpad las humedades.
Este me frenó, aquí pensé más de lo común.
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