domingo, 21 de marzo de 2010

En la espera umbilical


Hace mucho que no vivo,
sólo estoy haciendo tiempo.
Mientras, me entretengo
pensando en amores enormes
con los que no puedo dormir.
También con los mediocres
que parecen reavivarme
con veneno y abandono
(aunque me hayan robado, entre llantos,
veinte años y esperanza).

Hago algo por aquí, algo por allá,
nada importante,
aspiraciones ridículas,
ejercicios simplones de equilibrio.
No, no vivo realmente,
hago tiempo, espero.

Todas las mañanas
les doy un beso a mis padres,
limpio el polvo y el váter,
me tomo las pastillas para no sufrir.
Voy a clases, asisto a los exámenes,
ven que apruebo, que aparentemente
me estoy forjando un porvenir
y ellos se quedan contentos,
justificando un poco sus desasosiegos
con el éxito tardío de lo que creyeron
una educación exquisita.
Pobres míos.

Me dan una paga todos los meses
que no empleo ni en libros
ni en lencería bonita.
Soy una mentirosa piadosa
con una moral de hojalata.
Los gastos son otros:
fumo a escondidas,
aborto cada trimestre
y pago a alguien por que acelere
mi fin.
Hace ya bastante que no vivo
-No a la manera de los que se jactan de saber vivir-
me dedico a esperar y ya está,
como buena hija, obediente y bondadosa,
sacrificada hasta un extremo inconcebible.
Sólo estoy esperando a que mueran,
a que no les sorprenda una trágica inversión,
les ofrezco un orden natural
en el que ellos no sufran.
Por eso espero.
Luego cerraré la puerta de casa,
me desharé de mí
y de mis pocas pertenencias.
Todo esto habrá acabado.
Nadie tendrá que llorarme
ni reprocharme que a mi edad no tenga
mejores planes de futuro.


5 comentarios:

la cónica dijo...

espero que le encuentres un sentido, en la espera, a los latidos, a los gestos pequeños de la vida, a romper con el despertador los fines de semana.

que descubras que el tormento, la tormenta, dura lo que dura la nube, que a veces es muy negra, pero al final, si la dejas, se va.

que todos, a partir de cierto momento, necesitamos nuestras pastillas de la alegría. y nuestros trucos para buscar el sol aun cuando no se ve. de saber que llegará el verano aun cuando el invierno sea largo...

un beso, cecilia.

Daniel dijo...

"esto también pasará"


la nada es más grande de lo que imaginas, y esconde además todo lo que ni...

beso.

J dijo...

Me has deslumbrado, es íntimo y duro, extenuante de leer, fuerte, honrado, raro, valiente... Eres tu, sombra cerezada.
Y ahora no me digas tonterías de planes de futuro, has empezado a mascarlos...

Para romper el bonito halo de misterio que envuelve tu poema, creo que por las mañanas y dada tu educación exquisita, dale un beso al polvo, limpia a tus padres, y las pastillas al vater las necesita mas que tú... y cuando cierres la puerta asegúrate que estoy dentro contigo, no necesito pertenencias, ni finales, ni llantos sufridos, ni obedicencia, ni bondad... sólo tus ojos mágicos en la luz.

Anónimo dijo...

Y, mientras haces tiempo, le has dado a mi vida una curiosa forma de complicidad y amor. No te conozco y me siento tu amiga; incontables veces visitar tus letras me ha salvado en mi desesperada espera. Quisiera que te llegara, como soplo de viento, con el olor al mar que nos separa, todo mi agradecido cariño.
V.

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

No sé que deciros, sólo que gracias, muchas gracias por venir a rescatarme cuando más lo necesitaba.

Gracias especialmente a ti, querida V., un abrazo inmenso, sólo por esto mi dolor tiene un sentido.


Un abrazo inmenso.