viernes, 16 de marzo de 2007

Si pudiera escalar hasta una de esas dos gigantescas torres


A., vida mía, más lejos ahora que nunca, si me dejaran escalar hasta el último piso de tu Torre y quedarme dormida contigo en la azotea (Madrid desde el cielo, dejaría así de darme tanto miedo como me da su suelo con sus calles), porque hoy el insomnio es violento, vida mía, por dos veces me han incendiado el recuerdo y no tengo más sitio que éste para acurrucarme a llorar el dolor que me queda, porque me han herido, vida mía, me han herido. Corre, ve a buscarlos y rómpeles en mil pedazos la boca, la cabeza, las sucias manos con las que osan tocarme (¿por qué ahora si antes fue abandono?), tú les ganarías, con todo el amor que sigue creciendo cuando me doy cuenta que sólo tú, que nadie más hermosamente verdadero, que no tengo más cuna que tus brazos, que mis últimos días de vida contigo.


pd. y porque nadie más verdadero que tú, ninguna sombra metafórica que oculte tu nombre, te quiero descubierto, te quiero.

1 comentario:

PPPP dijo...

bella
fresca
embriagada declaración
de ser
y no haber sido