miércoles, 17 de febrero de 2010

No volverá a hablar de pájaros


Fuera llueve todo el agua
que le niegan.

Interroga a un silencio consentido,
al dolor que hoy le visita
sin preguntarle su nombre,
un dolor extraño, solitario,
intransitivo.
No hay respuesta.

Presiente la vejez
y su angustia,
la torpeza de no saber vivir,
el amor infértil.
Presiente y calla.

Una rama se parte,
el musgo oscurece,
los pájaros desaparecen
del cielo.

Recomienza la lluvia.


1 comentario:

J dijo...

Llueve mas se rompen los cristales, solo llueve cuando queremos es la verdad de la maga, el dominar la danza de la lluvia...
Pero la gran putada es que mientras la maga persigue agua, los pajaros siguen rompiendo sus alas contra el cristal...

Besos