domingo, 15 de enero de 2017

El dolor también es un canto


El dolor también es un canto. Un gloria en las alturas celestiales que se hacen añicos para llovernos encima sus ruinas. 

A veces imagino a dios como una araña imperceptible tejiendo una gran niebla. Sólo los ojos condenados son obligados a ver a través de ella la oscuridad de la nieve, el lodo del agua más pura, la piel espantada con el solo roce de una hebra al atravesar el follaje donde los otros están cegados, enredados en la viscosidad complaciente de la sutilidad de sus hilos.

Una baba cayendo lentamente de una boca enmudecida que solamente es capaz de entonar un canto:

Gloria en la inmensidad de tu terrorífica altura.





A. Vivaldi, Laudate pueri (Psalm 112) RV 601: VII. Gloria. Magda Kalmár (soprano)




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