viernes, 7 de septiembre de 2007
Deformaciones del tiempo
Triste, un poco, lo suficiente para
por ejemplo
convertirme en agua.
***
Érase una vez la niña que se fue
y cuando quiso volver
ya no tenía casa, su casa.
categoría
desconexiones
Late, late, late, pequeñísimo corazón de un pájaro al borde de su rama precipicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario