sábado, 4 de abril de 2009
"Enormísimo cronopio"
Enamorada impaciente.
Recorrí sus puentes, seguí el mismo camino que las hormiguitas de invierno, fumé un gaulois mientras, mirando al Sena, ofrecía mi cintura a algún abrazo. Nadie me encontró, entonces acudí hasta su tumba. Besé la piedra, lloré por el amor que no se entiende y dibujé con el dedo índice un corazón sobre sus huesos.
Han pasado los años y volvió a llegar el momento. Bruxelles, 116 Avenue Louis Lepoutre y yo meciéndome en su cuna.
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La sombra vibra-la vida vibra
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