domingo, 24 de febrero de 2008

ANTONIO MÉNDEZ RUBIO


PARA QUE NO PUEDA PENSAR QUE LA HE OLVIDADO


No olvides decirle

que la recuerdo en las escaleras del tren

con el atardecer inquieto

mordiéndole desesperadamente la cintura.



(LLegada a Dublín, 1998)


4 comentarios:

Antonio Mundaca dijo...

Joyce tiene algo de esa furia y creo que no sólo es por Irlanda

Carz dijo...

Poco importa que piense que no la ha olvidado: lo importante es que sienta que la recuerda.

El pensamiento hace sumas, calcula trayectorias o diseña casas. A veces, emboscado, consigue manipular los sentimientos, pero una contracción brusca del estómago los devuelve a su naturaleza en bruto.

Pero todo esto es evidente cuando se llora.

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

sólo quería pensar que todas las despedidas en tren eran mías. Y también el monopolio de las evocaciones.

Fernando dijo...

Siento decirte que esos versos los hubiera podido escribir yo si tuviese talento. He conocido esa despedida.
Un abrazo