miércoles, 29 de julio de 2009
BLANCA VARELA (IV)
NADIE SABE MIS COSAS
7
hila su imposible claridad nuevamente la envenenada
sonrisa solar
¿sientes el divino salivazo sobre la bestia sientes el
hedor de la rosa sientes mi corazón sobre el tuyo?
alguien escondió un ruiseñor de agujas en tu cuerpo
más tarde será tarde cuando la soledad invente lo mejor
nuevamente tus labios tus ojos las ruinas de tus caricias
el mar de mi pecho
la soledad "estrella de mis noches"
nadie sabe mis cosas
(Valses y otras falsas confesiones, 1964-1971)
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A la sombra de otra voz
lunes, 20 de julio de 2009
Desencuentros
Mientras que tú esperas
y que yo me lamento
se nos habrá pasado
la vida.
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desconexiones
domingo, 19 de julio de 2009
sábado, 18 de julio de 2009
Aprendizaje en el derrumbe
Gracias, María.
No huir,
tampoco reventar la noche
buscando el colchón de la mañana.
No entregar el corazón
como un pañuelo de papel
con el que limpiar el semen estéril
de lo efímero.
No desmembrarme,
moldearme desde adentro,
en paz, en equilibrio,
para que el suelo no queme,
no hiera
Reconocerme como la que soy,
Cecilia, soy Cecilia,
no pretender ser un lagarto
al que no le importa nada
más allá de los impulsos.
Soy Cecilia,
tímido estallido de verbo iluminado,
pecho profundo y candente
únicamente feliz en el arrullo.
No huir, no ceder,
fortalecerme en la renuncia,
No la asolación por la carencia
de quien no me está esperando.
Ya no me veo hermosa
despeinada y desangrada,
ya no siento placer
como furcia complaciente.
Soy Cecilia
y la sangre me arde
y la oscuridad también me asusta
y mis manos buscan el tacto
prolongado,
la palpación de la belleza.
No así, no esto, no ésa.
Pero era necesario el asco,
atravesar el puente de fango
para discernir al otro lado
el anuncio
de mi verdadera voluntad:
avanzar, no retroceder,
querer, no necesitar,
crear, no destrozar,
reclamar ser amada
siendo Cecilia, toda Cecilia,
solamente Cecilia.
Soy Cecilia,
tímido estallido de verbo iluminado,
pecho profundo y candente
únicamente feliz en el arrullo.
No huir, no ceder,
fortalecerme en la renuncia,
No la asolación por la carencia
de quien no me está esperando.
Ya no me veo hermosa
despeinada y desangrada,
ya no siento placer
como furcia complaciente.
Soy Cecilia
y la sangre me arde
y la oscuridad también me asusta
y mis manos buscan el tacto
prolongado,
la palpación de la belleza.
No así, no esto, no ésa.
Pero era necesario el asco,
atravesar el puente de fango
para discernir al otro lado
el anuncio
de mi verdadera voluntad:
avanzar, no retroceder,
querer, no necesitar,
crear, no destrozar,
reclamar ser amada
siendo Cecilia, toda Cecilia,
solamente Cecilia.
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La sombra vibra-la vida vibra,
Verso - voz
Prefacio
Salí a las 7 de la mañana, no había dormido.
Atravesé media ciudad,
loca sumisa complaciente de un muchacho lagarto
(esta vez fue él, pero siempre son los otros).
Sin embargo fue necesario llegar
para iluminar a la pequeña que está escondida
en mí
(cobarde y vergonzosa que no se atreve a pedir
lo que ella quiere)
que reclama otro tipo de abrazo,
no frío, no efímero, no inconsciente.
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La sombra vibra-la vida vibra
DULCE CHACÓN (III)
ABANDONO
El mundo se ha ido,
te tengo que llevar en brazos.
Paul Celan
Pasear por tu piel fue mi pecado.
María Alonso
Se retrasa el mundo,
le espero con los pies en el aire
y es cansado.
Yo sólo quiero un lugar,
como tu cuerpo,
pero tú no regreses,
ahora espero al mundo,
mis pies desnudísimos esperan.
(Contra el desprestigio de la altura)
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A la sombra de otra voz
jueves, 16 de julio de 2009
Préambulo al derrumbe
I
Ya no pienso en árbol, nube, pájaro.
Sólo en alambres, llanto y lejía.
(Me arrancaría el cuerpo
sus accidentes y más adentro,
lo invisible
una y otra vez, a ver si acaso
así, tal vez, algún día...)
No, ninguno me quiere.
II
¿Quién puede cantar con esta desazón
entre los pechos?
He tratado de helarme la sangre,
de afilarme las garras postizas,
de zigzaguear entre matorrales
sin pensar en amor, amor, amor
pero no ha servido de nada.
Vives constantemente en deseo,
se atrevió a decirme el bichejo.
Sí, deseo con mi barquito de papel
soñando desde la orilla
una tierra tan lejana e inaccesible
para quien no pide nunca nada
a cambio
(¡Llévame, llévame, llévame!)
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Verso - voz
miércoles, 15 de julio de 2009
Historia de la niña lechuza perdida en la ciutat
Se envolvió en hojas y ramas,
rompió los relojes de arena,
liberó a los pájaros
que anidaban en su memoria,
se dejó mecer por ellos.
Renegó de la palabra
de las mujeres ordenadas
(esas que ubicadas en sus cuadrículas
creen sentirse felices),
prefirió callar, no preguntar,
no trazar un camino.
Plegó los mapas, cerró los ojos,
descubrió sus diminutas manos
escondidas - torpes y heridas-
e invocó al azar mirando al cielo.
(Pobres muchachas nubladas
que todavía creen en la magia
y sus migajas de pan).
Pero sucedió, reapareció él,
tropezó contra su pecho de ámbar,
antiquísimo amor-mosquito
aún latiendo en su resina
y arañando la frágil corteza
lloró por cada extravío
en la corriente de una ciudad
que otra vez la arrastraba
desnuda,
perdida,
dolorosamente
enamorada.
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La sombra vibra-la vida vibra,
Verso - voz
martes, 14 de julio de 2009
JOSÉ ÁNGEL VALENTE (VI)
A Coral
Al norte
de la línea de sombras
donde todo hace agua,
rompientes
en que el mar océano
se engendra o se deshace,
y el naufragio inminente todavía
no se ha consumado, ciegamente
te amo.
(SOS)
(De Fragmentos de un libro futuro)
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A la sombra de otra voz
viernes, 10 de julio de 2009
Morfina para una luciérnaga apagada
Llegó con el corazón desordenado, con versos criptogramas
como besos no dados.
Llegó descalza y herida de los pies a la cabeza
y con una felicidad difícil de armar
-como ese cubo de colorines sin resolver entre manos estúpidas-,
amando tanto de nuevo la lógica de los murciélagos
que te sueñan boca abajo.
Llegó con un ala destrozada y sin la luz prometida.
No serás tú, me dijo
y envolvió con temblor su delirio
y escondió su piedrecita en su bolsillo más profundo
y desdibujó de su pecho la casilla del cielo
a la que nunca podrá llegar.
Marcel Cranc, Ara, 2008. (Versión de 2016)
martes, 7 de julio de 2009
En la ciutat
(Viernes 3)
Luciérnagas alborotadas en mi pecho.
Un murmullo acompañando su luminoso
vuelo
* * *
(Sábado 4)
No dice nada, no puede verbalizar
aquello que siente.
El corazón bombea tan rápido
que entorpece el canto, la palabra.
Triste y tonta, llora un poquito,
no sabe distinguir el amor
de un ciempiés viajero
que le acompaña en su mal presentimiento.
Mira la piedra, la aprieta, aún no dice nada.
* * *
(Domingo 5)
El largo camino hacia el desastre
ha cansado a las luciérnagas,
las ha matado.
Vuelvo a ser un cuerpo enamorado
que ya no tiene luz.
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La sombra vibra-la vida vibra
Diacrónica
(En el tren a destiempo, perdido y a la vez recuperado, en una segunda Barcelona-Madrid)
Enloquecí de amor.
Enloquecí de dolor.
Cinco años después
la locura sólo es un grito
de recuerdo,
pero también de placer.
Enloquecí de amor.
Enloquecí de dolor.
Cinco años después
la locura sólo es un grito
de recuerdo,
pero también de placer.
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La sombra vibra-la vida vibra
lunes, 6 de julio de 2009
CRISTINA PERI ROSSI (II)
HOTEL DE SANTS
De aquel hotel de Sants
-junto a la estación, para los viajeros
con prisa-
donde una negra tocaba el piano
melodías antiguas
(Yesterday, Feelings,
In a sentimental mood)
me fui a las cinco de la mañana
luego de hacer el amor desde temprano.
Bajé caminando por una rampa vacía
tenía el cuerpo satisfecho
leve
me puse a silbar
-melodía antigua-
y patée una lata con el pie.
No había un taxi por ninguna parte
Era el amanecer
de luces frías
Era septiembre
-patée una lata con el pie-
silbé bajito
¿sería posible que ese bienestar
se deba a la calle solitaria
al hecho -infantil- de estar en vela
hasta las cinco de la mañana
a la chulería de tener una aventura
a altas horas de la madrugada
y no al amor? (Palabra ambigua.)
Los chimpancés se frotan en pecho con las manos.
Yo, patée una lata
y silbée bajito.
La diferencia está en el cromosoma veintiuno
y no parece tener mucha importancia.
(De Habitación de hotel)
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A la sombra de otra voz
jueves, 2 de julio de 2009
El objeto de mi viaje
Cinco años después (quizá sean cuatro, pero los dedos de la memoria se esconden para no echar esta cuenta) de vuelta a la ciudad, a Barcelona. No habrá árboles mojados, no habrá escaleras escondidas, no habrá billetes de tren para el recuerdo. Es otro el objeto de mi viaje. Pero quisiera tanto tanto que mi piedra verde me sonriera complacida y que afirmara recogida en otra mano que ése es el lugar exacto en el que el péndulo me susurra "tu norte".
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La sombra vibra-la vida vibra
JOSÉ MARÍA FONOLLOSA (II)
RAMBLA DE SANTA MÓNICA 4
La ciudad está llena de caminos.
Todos son buenos para escapar de ella.
No importa adónde vaya. En cualquier lado
hay sendas que conducen a otra parte.
El lugar nunca importa. Es otro sitio
-otro siempre- el objeto de mi viaje.
(De Ciudad del hombre: Barcelona)
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A la sombra de otra voz
Duelo
Me pregunto si los lagartos lloran
en los días de dolor
.
.
.
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La sombra vibra - la muerte vibra
miércoles, 1 de julio de 2009
CECILIA RUBIO GIL
ORFEO Y EURÍDICE
Normas para iniciar el camino
de vuelta:
nunca mirar atrás
si ya se ha visto el infierno.
Confiar en que el amor
nos va siguiendo los pasos.
No temer a la serpiente
del abandono
mordiéndonos los talones.
De Metamorfosis, 2009.
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A la sombra de otra voz
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