sábado, 18 de julio de 2009
Prefacio
Salí a las 7 de la mañana, no había dormido.
Atravesé media ciudad,
loca sumisa complaciente de un muchacho lagarto
(esta vez fue él, pero siempre son los otros).
Sin embargo fue necesario llegar
para iluminar a la pequeña que está escondida
en mí
(cobarde y vergonzosa que no se atreve a pedir
lo que ella quiere)
que reclama otro tipo de abrazo,
no frío, no efímero, no inconsciente.
categoría
La sombra vibra-la vida vibra
1 comentario:
Te leo y te asiento es verdaderamente curioso e interesante.
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