jueves, 2 de julio de 2009

El objeto de mi viaje


Cinco años después (quizá sean cuatro, pero los dedos de la memoria se esconden para no echar esta cuenta) de vuelta a la ciudad, a Barcelona. No habrá árboles mojados, no habrá escaleras escondidas, no habrá billetes de tren para el recuerdo. Es otro el objeto de mi viaje. Pero quisiera tanto tanto que mi piedra verde me sonriera complacida y que afirmara recogida en otra mano que ése es el lugar exacto en el que el péndulo me susurra "tu norte".

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