lunes, 21 de enero de 2008
VIOLETA C. RANGEL* (II)
Pudo ser ayer o hace un verano,
en una tarde de esas tontas
cuando andaba a salto de los trenes
o bebía ron con esos guiris.
Pero no, te empeñas en venir
justo a esta hora,
cuando no llueve ni hace frío,
y estoy triste, y ya ni tengo
ganas de abrir mi sangre a nadie.
En fin, es justo ahora,
con la olla por los suelos,
y unas ganas de morirme
a cualquier precio, cuando escucho
tus pasos en la hierba,
y llamas, llamas... ¡dios!,
y corro a abrirte.
(De La posesión del humo)
categoría
A la sombra de otra voz
2 comentarios:
Me uno, ¿por qué la historia es siempre así?
Y como siempre, gracias por descubrirme otras poéticas
porque lo permitimos, porque quizá nos gusta.
un beso muy fuerte
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